Friday, May 26, 2023

Trayecto de hambre, grajo y sol; o, para qué es que uno estudia

Del libro REMINISCENCIAS (Premio Letras de Ultramar 2006)

Regresaba de la escuela en una de esas tardes calurosas, y no porque fuera verano ya que en el caribe siempre hace calor. De ser verano estaría de vacaciones, puesto que ahora asistía a esa nueva escuela, en El Pueblo, que seguía el calendario regular. A pesar de que Cambita era distrito municipal hacía tiempo, todavía seguía el calendario se zona cafetalera acomodado para que los muchachos puedan ayudarle a los padres en la temporada de cosecha.

Todas las escuelas despachaban a los estudiantes a las doce del día, hora del chao, excepto la mía. Y el que sale de la escuela a las doce, mal que bien, come caliente. En mi escuela se despachaba a la una y diez de la tarde. Y para mi tormento, no sólo despachaban una hora y diez minutos después de la hora de comer, sino que encima de eso, tenía que coger una guagua de regreso a Cambita. Entonces, con suerte, llegaba a casa antes de las dos y media, muerto de hambre, con calor, sudado, y no a comer caliente.

Aunque la distancia entre El Pueblo y Cambita es de apenas quince kilómetros, el viaje en guagua pública parecía durar una eternidad. Además de los cuarenta y cinco minutos de ruta, había que esperar una media hora en la parada hasta que se llenara la bendita guagua. Y a eso había que sumarle la parada de siempre para echar gasolina; pues echan golosina a cada viaje, para cada viaje.

Lo lento no era toda la incomodidad del viaje, pues existían otros agravantes que hacían esos quince kilómetros parecer interminables, por ejemplo: tener mucha hambre, el caluroso clima, la incomodidad de los asientos, o la mala suerte de tener un grajoso hediondo a mono viudo sentado al lado revolteándole a uno el estómago vacío.

Tener mucha hambre era por lo general mi caso. No sólo porque comería dos horas y media más tarde de lo normal, sino porque a esa edad yo comía más que una nigua. De eso pueden dar fe mi mamá y mi papá. Mi mamá porque mi respuesta a su pregunta de “¿tienes hambre mi’ijo?”, era siempre la misma: “Mami, no se me quita.”

Mi papá, por otro lado, por lo de las pastillas para el apetito. Resulta que mi hermano menor fue siempre muy mal comedor, nunca tenía apetito, y siempre “tan flaquito el infeliz”. Buscándole solución al problema, mi papá le compró un pote de pastillas para el apetito. Un buen día (cosas de muchacho) le pedí a mi papá que me comprara un frasco de esas pastillas a mí también. Supongo que mi razonamiento sería: “si mi hermano tiene piojos, es justo que yo los tenga también”. La respuesta fue inmediata: “Yo te compro las pastillas,” -me dijo calmada y conscientemente- “pero tú” –continuó diciendo con tono de ¡quién coño tú te crees que soy yo!- “¡tú busca quien te mantenga!”

La verdad es que durante la adolescencia yo tenía un apetito voraz. No puedo honestamente decir que desayunaba, pues esa no es costumbre de pobres y nosotros, aunque honrados en demasía, éramos pobres. Cuando era posible llevaba una peseta (veinticinco centavos) para desayunar con un friquitaki en el recreo de las nueve, pero por lo general me la pasaba en ayuna. Lo más probable es que eso contribuyera a mi hambrusia de regreso a casa.

Una vez en casa devoraba mi almuerzo tardío y alrededor de las cinco, comía alguito que siempre me guardaba abuela en una cantinita que me escondía de los demás debajo del mantel de la mesa de cocina. Sobre las ocho cenaba víveres con arenque, bacalao, salami guisado, huevos, o lo que fuera. Más tarde, cuando aparecía el medio peso, me iba a la fritura de la esquina y compraba una rueda de salchichón frito con una docena de fritos de plátano para antes de acostarme. Pero lo dicho, cenara o no cenara, siempre me levantaba con hambre.

Fue en uno de esos trayectos de hambre grajo y sol en que me topé en la guagua con mi tío abuelo Masé. Tío abuelo, como todos los de su estirpe, era uno de esos viejos recios y de la guardia vieja, sabio en el enmarco de sus querencias, de pocas palabras, recto, e implacable. Esa tarde me tocó ir en la misma guagua con él, que iba para una tierrita que tenía en La Jagüita, que queda cerca de Cambita Uribe, un poco antes de La Subí’a de Jina Abréu.


Yo iba sentado de lado, y pagando pasaje completo, en la perrera (cojín de colcha espuma colocado en las cinco pulgadas de espacio entre la cabina del conductor y la primera fila de asientos), justo detrás del chofer. Tío abuelo Masé venía frente a mí, y en varias ocasiones sentí que su mirada me escudriñaba, me observaba el rostro como buscando el reconocimiento de la familiaridad o el rasgo del parentesco.

Aquí estaba yo ante una pequeña encrucijada. Quedarme callado y dejarlo con la duda hubiera sido una opción, pero riesgosa, porque de reconocerme pasaría yo por mal educado e irrespetuoso. La otra opción era saludarlo, pedirle la bendición e identificarme como nieto de su hermano, y atenerme a las consecuencias de tener que entablar conversación con el tío abuelo de tres generaciones atrás...

En la primera parada se bajaron unos cuantos pasajeros y pude cambiar de asiento. Entonces me decidí a besarle la mano e identificarme, y expresarle con orgullo que venía así vestidito de caqui porque venía de la escuela. Una vez reconocimientos hechos, bendición pedida, dada y recibida, llegó la temida consecuencia. Tío abuelo, así a boca de jarro, me hizo la siguiente pregunta: “¡Sobrino! ¡¿Pa qué é que uno etudia?” La magnitud de esta pregunta es comparable tal vez sólo a la del general del ejército que pasando revista a sus tropas, y sin preámbulo alguno, se voltea y le pregunta al primer recluta que se encuentre por delante que porqué se enganchó a la guardia.


 Contestar esta pregunta era cosa muy seria, aquí no se podía contestar con una estupidez. La respuesta debía ser medida, calificada, cualificada, filtrada y purificada de tal forma que siendo (como debía ser) una respuesta postiza, debería parecer como una respuesta espontánea y genuina. Una respuesta que fuera una mezcla entre lo que uno piensa y quiere decir, y lo que uno cree que el tío abuelo quiere que uno diga. El caso era no decir un disparate, sino algo sensato, respetuoso y medio inteligente, pero no muy inteligente que pecase de falsa erudición. Entonces ¿qué decir?

 Después de una pausa incómoda (y larga como el viaje en guagua de El Pueblo a Cambita) le dije algo así como que uno estudia para superarse y ser alguien en la vida. A lo cual tío abuelo Masé ripostó: “Muy bien sobrino, pero de verdá: Uno etudia ¡Pa no sé peendejo!”

Wednesday, July 31, 2019

VERSOS LIBRES POR VENECIA



VERSOS LIBRES POR VENECIA

Free Verses Around Venice


de
ARMANDO ROMERO

Traducción al inglés de Keiselim A. Montás
Fotografías de Giandomenico Tono







VERSOS LIBRES POR VENECIA
Free Verses Around Venice
(poemas, 2019, 56 páginas)
ISBN 10: 1-946264-04-0
ISBN 13: 978-1-946264-04-6
$10.00


Versos libres por Venecia es como un ojo que ve lo que le rodea; una pupila que va constantemente figurando los nexos entre formas fugaces que pasan y se detienen; un lente que ve más allá de la superficie; una voz poética que entrelaza palabras en versos, haciendo puente entre la vida y el arte, el pasado y el hoy.

Venecia

No hay nada a la redonda
que pertenezca más
a lo que ya no pertenece
o permanece.
Así esta ciudad,
ausente de sí misma,
plena de vacío.



Free Verses Around Venice is like an eye that sees everything in its surroundings; a pupil that is constantly figuring out the nexus between fleeting figures passing by and stopping; a lens that sees beyond the surface; a poetic voice that weaves words into verses, making a bride between life and art, between the past and the today.

Venice

There is nothing around
that would belong more
to what no longer belongs
or remains.
As such this city,
absent of itself,
filled with emptiness.

Thursday, May 23, 2019

Translation: The Shared Art of Writing Backwards




Translation: The Shared Art of Writing Backwards

by

Rhina P. Espaillat





Translation: The Shared Art of Writing Backwards
(ESSAY, 2019, 24 pages)
ISBN-1 3: 978-1 -946264-03-9
ISBN-1 0: 1 -946264-03-2

$7.00



In this essay, Rhina Espaillat speaks of the dichotomy that encompasses the poet (the magician of creation) and the critic (the worker who looks after syntax, logic, accuracy, etc.), as a playful segue between the poetry writing experience and the experience of translating someone else’s poetic creation.
With concise precision, this essay transmits and exemplifies the needed capacity one must possess to observe with curiosity and pleasure one’s own creation (be it an original poem or a translation), and the tenacity, the work, and some of the tools needed for a final product that would fulfill the attraction and the satisfaction of a finished work; I other words something that works well for both of one’s selves: the poet and the inner critic.


Tuesday, April 16, 2019

DE TODO LO QUE PASA EN MI CALLE




DE TODO LO QUE PASA EN MI CALLE
de Joaquín Castillo


DE TODO LO QUE PASA EN MI CALLE
(poemas, 2019, 64 páginas)
ISBN 1 0: 1 -946264-01 -6
ISBN 1 3: 978-1 -946264-01 -5

$10.00


DE TODO LO QUE PASA EN MI CALLE, de Joaquín Castillo.

Es el primer poemario publicado de Joaquín Castillo, y es, según nos dice el prólogo de José Ángel Bratini, " en su esencia, doloroso; un trayecto difícil pero auténtico, revelador del hombre de su época, apabullado por la saturación y la velocidad de su entorno".

" El libro está dividido en tres partes (De todo; Lo que pasa; y, En mi calle) que al unirse forman el título general del poemario. Por lo demás, cada poema es independiente del otro; todos abordan la decadencia, el destino, la belleza y la mujer, pero sobre todo el yo".

"Un río que va arrasando su ribera, la poesía que se produce desde la realidad más honesta y sincera posible, única y humana. Hallar esas venas latentes aún es tarea aguda, objeto punzante que traspasa el corazón. Quiénes serán os llamados a semejante martirio. Aedos de los rincones coloniales, criaturas de los cafés, los bares y las ibliotecas, todos leen y escriben libros, una década llena de corazones. ¿Esta será la vida?, y si lo es, quién es Joaquín Castillo, asombroso poeta, puesto en el camino como por dictamen de un hado maravilloso que no busca otro beneficio que la humildad de crear lo que a su gusto merece ser leído".





Monday, March 4, 2019

MUESTRA Z




MUESTRA Z
Compilación Editorial



MUESTRA Z
Compilación Editorial

ISBN-10: 1-946264-00-8
ISBN-13: 978-1-946264-00-8
$15.00


MUESTRA Z ofrece al lector una edición especial que contiene un muestrario de los diez libros publicados por Élitro Editorial del Proyecto Zompopos entre los años 2006 y 2018.

Esta publicación da apertura a una nueva faceta de esta quimera editorial: Cuadernos del Zompopo y Zompopo de bolsillo; una serie de plaquettes o chapbooks hechos en casa y de forma artesanal, mediante un proceso que combina técnicas digitales de diagramación e impresión, y técnicas análogas y manuales de corte y encuadernación. Cada edición se hará en tirada limitada de no más de 300 ejemplares numerados.

MUESTRA Z es un Zompopo de bolsillo, en encuadernado de pasta blanda y con dimensiones de 2.88” x 5.5”. Edición LIMITADA de 150 ejemplares numerados. 

Una pieza de colección.

Friday, February 23, 2018

RETURNING FROM THE UNDERGROUND


RETURNINGFROM THEUNDERGROUND

by
Fritz Glockner



RETURNING FROM THE UNDERGROUND
(NOVEL, 2017, 132 PAGES)

ISBN-10: 0978859774
ISBN-13: 978-0978859770
$15.00


Years after the death of his father—who in the 1970s sacrificed everything in pursuit of his ideals, and joined the underground guerilla army in Mexico—the narrator and his younger brother try to piece together the fragments of their family history. The narration takes us through a wrenching journey of reconstructing past and memory, family love and abandonment, all amidst the historical moment of dirty war.

Fritz Glockner takes us into the astonishing testimony of a family touched by the dirty war, and their moving relationship with a father who is gone, then tortured and imprisoned, then freed and finally assassinated. Returning from the Underground is a profound reflection about love and forgiveness, that brings together the virtues of testimony and, at the same time, it enters into the very conflictive field of family love, father-son relationships and more importantly, relationships of absence, identity and loss.

Above all, this novel is an indirect story, a testimony, that allows readers to learn a bit about the Mexican dirty war of the 1970s. It gives a voice to a history seldom spoken about: a horrifying dirty war that brought a few hundred idealists to the urgent decision of having to change the course of a nation in the quickest and most desperate way. This, in the face of a system with a great capacity for evil; a repressive system capable of torture, assassinations, the shooting at cribs and the killing innocence in its sleep. The full story of this historical period has not been told. It’s a story to which, it seems, the nation has applied self-censorship. It is a story that awaits for the day when criminals can be brought to trial for their crimes.

Monday, July 31, 2017

ANAGAMI


ANAGAMI
de
José Kozer



ANAGAMI
(poemas, 2017, 98 páginas)
ISBN 10: 0-9788597-5-8
ISBN 13: 978-0-9788597-5-6


$12.00

ANAGAMI, de José Kozer, es una sucinta colección de veinte poemas escogidos por el mismo José Kozer para Élitro Editorial del Proyecto Zompopos, y es a la vez una muestra de una obra gigantesca, una obra que se acerca a los cien títulos (publicados alrededor del mundo y en varios idiomas).  Kozer es un grafómano en el buen sentido de la palabra, aunque también vale denotarlo como lector incansable (lectorófago) y escritor constante; más bien un voraz de la letra: letra escrita ya, ya letra por escribir y que escribe.
En esta muestra poética, según apunta Michel Mendoza en el prólogo, “La escritura de Kozer es, sobre todo la de sus diarios y poemas, borrón y preparación dramática de una muerte que no es limpia, sino somática, espacio donde se confunden, superponen y suceden, humor y mística, escepticismo y fervor. En ella la asunción de cierta imperfección formal es uno de sus elementos más importantes, aquel donde se hace más evidente que el poeta pareciera aspirar a la unidad con lo primigenio más allá de los entornos difusos de la vida y el poema. Y esa unidad a la que ese gran escritor que es Kozer aspira con humildad y humor, no quiere excluir nada, no debería excluir nada. Solo así la renuncia, el deshacimiento ulterior, será completo”.